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miércoles, 19 de enero de 2022

El cuadro de la Altagracia


     El cuadro de la Altagracia es un ícono, una joya pequeña y preciosa, pintado por un genio y claramente inspirado por Dios. La contemplación del cuadro de la Altagracia nos hace sentir una paz que sobrepasa todo entendimiento, la presencia de Dios.  
    La finalidad de un ícono es llevarnos a la contemplación de Dios. Entrar en el cuadro, y participar con María arrodillada, para adorar y contemplar a Dios hecho hombre, Emmanuel.
    Frente a la Altagracia, hay una sola cosa que hacer: contemplar y adorar a Dios. 

    La Altagracia no es solamente un cuadro para la catequesis 
    Claramente, el cuadro de Nuestra Señora de Altagracia no es un trabajo comercial. Es demasiado pequeño (33,5 x 45 cms.). 
    A la vez, no es el cuadro de uno de los tantos santos de la Iglesia, cada uno con su atributo preciso (Santa Ana, con su libro; San Andrés con su cruz en "X"; San Pedro con sus llaves...).
    Tampoco estaba destinado a una exposición pública (por ejemplo, en una iglesia), porque faltan los elementos secundarios del catecismo que a la gente sencilla le encanta identificar: los pastores con sus ovejas; el buey y el asno; los Reyes Magos con sus camellos y regalos…
    Al contrario, todo el cuadro está enfocado sobre una sola persona, el Niño Jesús, con un solo mensaje de su Madre: “Mírale a Él”. El cuadro es una invitación a la adoración y a la contemplación. 

    Además de ser un cuadro que enseña, es un ícono. ¿Qué es un ícono? 
    La Altagracia es un bellísimo ejemplo de un ícono, uno de aquellos cuadros profundamente espirituales que se encuentran en nuestra fe casi desde sus principios, tanto en la tradición de la Iglesia Católica como en la liturgia de las Iglesias Ortodoxas. 
    Como hemos dicho, la finalidad de un ícono es llevarnos a la contemplación de Dios.  
    Se exige al pintor una meditación larga y profunda -envuelta en oración y contemplación-, y la inspiración del mismo Espíritu de Dios.
   Así que, un ícono es el fruto de un encuentro entre la técnica magistral y el genio original de un pintor... y la presencia de Dios. 
    Todo ícono contiene una dimensión espiritual imposible de cuantificar, pero palpable y tan presente que se siente en seguida “en el alma del que escucha”: la sensación de que “Dios está aquí”.
    «La palabra griega ‘eikon’ significa ‘imagen’ o ‘representación’. Sin embargo, el pintor de íconos no solamente imita, o representa, sino que esencialmente corre el velo, derriba el muro de separación, y hace comunicar “este y el otro mundo”. La imagen expresa la Presencia de Dios. Es, puede decirse, “teología visible”, que ayuda a la oración y a la contemplación» (1).
    Ahora bien, todo ícono nos invita a entrar y participar dentro del cuadro mismo. Es entonces, cuando estamos por dentro, que tenemos aquel momento de ¡asombro! 
    El momento cuando -casi sin atrevernos a respirar-, queremos cantar "Dios está aquí" y entrar en una profunda contemplación. 
    Por ejemplo: - 

    En el Ícono de “La Santísima Trinidad” de San Andrés Rublev. 
(2) 
    Rublev pintó a tres ángeles, que fue la forma que tomó Dios para aparecer ante Abraham y Sara en Génesis, 18; 1-15. El texto salta del singular al plural algunas veces. Hay los que dicen que es la primera mención de la Santísima Trinidad en la Biblia.
    El ícono nos invita a entrar a la estabilidad dinámica de la Santísima Trinidad, donde los tres ángeles tienen la misma cara y llevan bastones iguales, mientras que Dios Padre se viste de rojo real, Dios Hijo se viste en verde de esperanza y la túnica de Dios Espíritu es casi transparente. 
    El momento de ¡asombro! es cuando entramos por el cuarto lado de la mesa, y descubrimos que la copa que se encuentra en medio de la mesa no tiene vino, sino “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. 
    ¡Wow! 
    Dios está aquí, y no nos queda otra cosa que -desde un anonadamiento profundo-, contemplarle y adorarle.


    - o 
    La Cruz de San Damián” que movió a San Francisco de Asís a "reconstruir mi Iglesia". 
    Su “momento” es cuando nos damos cuenta que no es un crucifijo, sino que Jesús se ha despegado de la cruz y está subiendo al cielo. 
    ¡Es la Resurrección! 
    ¡Wow! 
    De nuevo, el cuadro nos invita a entrar y contemplar un momento único en la historia del mundo. ¡Jesús está resucitando! ¡Jesús está vivo!  Es la verdad, ¡es Dios y está aquí!
    No nos queda otra cosa que -desde un anonadamiento profundo-, contemplarle y adorarle.


     - y en La Altagracia, su “momento” es cuando entramos dentro del cuadro
 por nuestro lado del pesebre,
(3)  para acompañar a la Virgen y junto con ella contemplar al recién nacido.
     “Mírale a Él”. 
    Y otra vez, nos invita a contemplar un momento único en la historia del mundo:  Dios se ha encarnado como "Enmanuel, Dios con nosotros".
    El niño indefenso, desnudo, acostado en un pesebre ¡es Dios! 
    ¡Dios está aquí! 
     ¡Asombro! 
    Y desde lo más alto del cielo la mano de Dios Padre -disfrazado como los dos haces de luz que se desprenden de la estrella de Belén-, le bendice “Éste es mi Hijo, el amado...” (4)
    No nos queda otra cosa que -desde un anonadamiento profundo-, contemplarle y adorarle.

Una experiencia espiritual 
    Es que, estamos hablando de una experiencia espiritual, donde dejo mi habitación de hoy día, y entro en la cueva de aquel entonces.
    Ya no soy un espectador, ni experto en arte medieval, ni historiador, sino que soy participante…
    entrando en la cueva a la media noche, donde todo es silencio y presencia… 
    porque Dios está aquí… 
    y yo, anonadado, pasmado, atónito... 
    soy incapaz de levantar la cabeza. 
    Tengo un solo pensamiento: 
    No hay otro lugar en todo el Universo donde prefiera estar, sino aquí, ahora, con Él... 
    porque Dios está aquí.

    La oración 
    Efectivamente, miles de dominicanos han entendido la invitación de acompañar a la Virgen, arrodillarse y compartir, piropear, pedir y sobre todo, para orar con ella. 
    Y he aquí la explicación de los tantos milagros atribuidos a la intercesión de la Virgen. Es muy sencillo: el cuadro nos invita a orar de verdad. Y, como dijo San Agustín: La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”
     ¿Cómo puede Dios negar algo a sus propios hijos, cuando vienen buscándole a Él? 
     Dios, en su irrefrenable bondad, no se puede resistir a las súplicas de sus hijos, especialmente de las que son presentadas por su propia Madre, Nuestra Señora de Altagracia. 
    He aquí la razón de los tantos milagros de la Virgencita de Higüey, experimentados a lo largo y ancho del país: miles de dominicanos instintivamente han entendido la invitación de orar con ella, y Dios, sí contesta. 

    ¿Y los frutos?
    Es casi imposible encontrar una familia dominicana que no tenga al menos un testimonio de la intervención de Dios, por la intercesión de la Virgen de Altagracia: “Por sus frutos los conocerán” (Mateo 7, 20). (5) 
    Sin embargo, sería un error si nos quedáramos asombrados frente a los milagros, con la boca abierta y la mente corriendo tras explicaciones fáciles. Claro que los milagros son insólitos y llamativos, pero Dios no busca destacarse a sí mismo. 
    Cada vez que Él interviene en la vida de alguien es porque quiere atraer a esa persona (o a alguien cercano) hacia Él. Dios no quiere que ninguno de nosotros se pierda. 
    Así que sus intervenciones son para llamarnos la atención, para que nos paremos en el camino y consideremos la vida y nuestro lugar en ella. 
    Su esperanza es que -por nuestra propia voluntad-, tomemos la decisión de enmendar nuestras vidas, y buscarle a Él. 
    Efectivamente, jamás he oído de un "milagro" de la Altagracia que no trajera -como consecuencia- la conversión de la persona misma, o de alguien cercano a ella. 


    “Mírale a Él” 
    Al volver a examinar el cuadro de la Virgen de Altagracia, la primera cosa que nos llama la atención es la figura central de María. Sin embargo, al acercarnos más, es evidente que el gesto de su cabeza nos llama a prestar más atención todavía al que está en el primer plano: el Niño Jesús. 
    Es un gesto que nos invita a arrodillarnos frente al pesebre y, juntos con ella, adorarle a Él, que está representado allí: “Mírale a Él”. 
    La adoración nos lleva a la contemplación, y la contemplación al deseo de estar presentes en la cueva, inmóviles como la Madre, velando al Niño, amando al Amor y buscando estar en la presencia de Dios. 

    Los símbolos 
    Como todo ícono, la Altagracia tiene un buen número de símbolos para ayudar al distraído a volver a la contemplación. En nuestro caso, tiene 50 distintos símbolos. Todos y cada uno de estos símbolos tienen la misma finalidad - devolvernos a la contemplación de Dios presente en medio de nosotros(6)

    La idea central 
    El cuadro gira en torno a una idea sencilla pero profunda: que este bebé ¡es Dios! 
    El mismo Dios que es el Creador del cielo y de la tierra. 
    Él - que es todopoderoso, siempre presente y fuente de toda sabiduría. 
    Él - que sopló el aliento que respiramos y nos ofrece una vida eterna en su presencia. 
    Él - inmortal, invisible e inefable... 
    ¡Dios! 
    Al comprender la verdad tan enorme de la presencia de Dios en medio de nosotros, nos quedamos pasmados, casi atónitos. No hay palabras, solamente la certeza de que no hay otro lugar donde preferiríamos quedarnos ahora y para siempre para contemplarle y adorarle.

    Resumen 
    El cuadro de la Altagracia es un ícono, una joya pequeña y preciosa, pintado por un genio y claramente inspirado por Dios.
    La contemplación nos hace sentir una paz que sobrepasa todo entendimiento, la presencia de Dios. 


     Frente a la Altagracia, hay una sola cosa que hacer: contemplarle y adorarle.  
__________
Notas
(1) http://www.camino-neocatecumenal.org/ 
(2) Pintado probablemente entre 1422 y 1428
Normalmente no sabemos quién pintó un ícono por la misma razón que no sabemos los nombres del coro en la Misa: porque están usando el talento que Dios les ha dado, para llevarnos a adorar a Dios.  Que la gloria sea para Él.  (Los compañeros de  Andrés Rublev le "delataron" al mundo).
(3) Igual como “nuestro lado” de la mesa en “La Santísima Trinidad”
(4) Igual como en la Cruz de San Damian.
(5) En el Museo de la Altagracia se conserva algo mas de 35,000 ex votos.
(6) Ver nuestro post "Los Tres Símbolos Principales".


 

domingo, 16 de enero de 2022

Los Hermanos Trejo


 ¿Es verdad que
Los Hermanos Trejo
trajeron el cuadro de la Altagracia
a Higüey?

La cuestión de "Los Hermanos Trejo y La Altagracia" 

ha producido algo de confusión 

por una falta de información fidedigna.

He aquí una presentación 

algo más completa, coherente y confiable.



PRESENTACIÓN
_________________________________________________

La historia de la niña y el árbol de naranjas. 
Desde hace siglos el pueblo de Higüey ha conservado la historia de cómo llegó el cuadro de la Altagracia a la Villa de Salvaleón de Higüey.  Todavía la historia está viva.  Se la ha guardado en la memoria de los abuelos, quienes lo contaron a los padres, ellos a sus hijos, y los hijos a sus nietos. 
Cuenta que una niña pidió a su padre traerle una imagen de la Altagracia.  Por más que la buscaba en Santo Domingo, el padre no la pudo encontrar.  Sin embargo, en el viaje de regreso, un anciano le regaló una imagen de la Altagracia.  Al llegar a su casa, el padre la entregó a su hija.  Pero, esa noche el cuadro desapareció.  Por la mañana la encontraron en la copa de un naranjo.  La gente interpretó este hecho como un deseo de la Virgen para que se construyera allí una capilla; y así se hizo.

El patio detrás del altar mayor del Antiguo Santuario

Los vecinos de Higüey todavía guardan un rincón para recordarles de esta historia: se puede se encuentra en el pequeño patio detrás del altar mayor del Antiguo Santuario, donde hay un árbol de naranjas que se ha cultivado “desde siempre”.  Cuando muere uno naranjo por ser viejo, se planta un nuevo.  Es el lugar preciso donde, según la historia oral, la familia de la niña encontró el cuadro de la Altagracia, colgado en las ramas de un naranjo.
Esta historia es la primera entre las muchas tradiciones del pueblo higüeyano. [i] 

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¡Sensación!
Sin embargo, en el año 1942 se descubrió un documento en España que sacudió a Higüey.  El documento asegura que el cuadro de la Altagracia fue traído a Higüey por los hermanos Antonio y Alonso Trejo en el año 1526.  Hasta el momento de este descubrimiento, el pueblo higüeyano no supo que existiera una relación entre los Hermanos Trejo y la Altagracia.

Biblioteca Nacional de Madrid

La Relación Sumaria
El documento se encontró en la Biblioteca Nacional de Madrid.  Se llama “Relación Sumaria”. [ii] Fue publicado en el año 1650. [iii] Es una especie de “inventario comentado de la Isla Española” confeccionado por un canónigo de la Catedral de Santo Domingo, Gerónimo de Alcocer. [iv]

“Relación Sumaria”

El tercer capítulo de la “Relación Sumaria” se dedica a los “Santuarios y ymágenes de devoción miraculosas que ay en esta Ysla”.  Es aquí donde se encuentra el texto sobre los Hermanos Trejo y la Altagracia.

¿Quiénes descubrieron el documento?
Las tres personas involucradas en el descubrimiento y presentación del documento al público dominicano tenían credenciales impecables: un conocido poeta y diplomático, una periodista de primera categoría, y un famoso historiador:

Don Emilio A. Morel

Don Emilio A. Morel, [v] un conocido poeta, y -además´, el Embajador Dominicano en España, encontró “La Relación Sumaria” [vi], en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Doña María Ugarte de Brusiloff

Doña María Ugarte de Brusiloff, [vii] una periodista de primera categoría, hizo la transcripción paleográfica.  A fin de facilitar su lectura, puso la puntuación indispensable -irregular en los documentos de la época-, y organizó las mayúsculas y minúsculas de acuerdo con las reglas ordinarias.

Don Emilio Rodríguez Demorizi

Don Emilio Rodríguez Demorizi [viii] un conocido y respetado historiador, lo publicó en “Relaciones Históricas de Santo Domingo” [ix].  

Un error y una corrección
No hay duda alguna que los tres personajes aprovecharon toda su experiencia y preparación para llevar al público un aporte sumamente interesante para la historia de Higüey.  Pero el mismo don Emilio Rodríguez Demorizi advirtió un error, y sugirió una corrección:
Efectivamente donde el texto dice:  «consta de vna cedula del Rey Don Felipe Primero año de 1526».  
Don Emilio escribió un ‘pie de página’ (su nota # 25): «Felipe I murió en 1506.  La cédula citada debe ser de ese año y no de 1526». 
Dada la reputación y autoridad intelectual de don Emilio Rodríguez Demorizi, todo el mundo aceptó esta corrección.  A nadie se le ocurrió tomar el tiempo para examinarlo y confirmarlo.

El texto que nos interesa es el siguiente:
«La imagen milagrosa de nuestra Señora de Alta Gracia está en la villa de Higüey, como a treinta leguas de esta Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor ha obrado y cada día obra con los que se encomiendan a esta santa imagen: consta que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trexo que fueron de los primeros pobladores de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero año de 1526, en que encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode y aproveche en ella, y habiendo experimentado algunos milagros que había hecho con ellos la pusieron para mayor veneración en la iglesia parroquial de Higüey, de donde eran vecinos y tenían haciendas.»

En resumen:

Nuestro “punto de partida” tiene un error:
«consta de vna cedula del Rey Don Felipe Primero año 1526»

una corrección:
«consta de vna cedula del Rey Don Felipe Primero año 1506»

otra corrección:
«consta de vna cedula del Rey Don Carlos Primero año 1526»


INVESTIGACIÓN
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El propósito de este trabajo es demostrar que es poco probable que los Hermanos Trejo trajeran el cuadro de la Altagracia a Higüey.  Al contrario, es tan poco posible que se sugiere que la cuestión sea reducida a un “pie de página” interesante pero irrelevante, en la rica historia de Nuestra Señora de Altagracia y del pueblo de Higüey.

Por las 6 razones siguientes:

1.  No hay confirmación de otra fuente
A pesar de todas las investigaciones que se han hecho, jamás se ha encontrado confirmación en ninguna otra fuente de la afirmación de Gerónimo de Alcocer: «Alonso y Antonio de Trexola trajeron a esta isla … la pusieron para mayor veneración en la iglesia parroquial de Higüey.»
La regla -que hace falta un mínimo de dos testigos para probar una verdad-, está consagrada en muchos códigos de la ley, teniendo su origen en múltiples textos del Antiguo y Nuevo Testamento.  Por ejemplo, Jesús mismo dice: “En la Ley de ustedes está escrito que con dos personas el testimonio es válido”.  (Juan 8, 17)
Conclusión: este testimonio no es válido, porque no hay confirmación por otra fuente.

2. La credibilidad de Gerónimo Alcocer en su “Relación Sumaria”.
Una lectura cuidadosa de la “Relación Sumaria” revela algunos errores tan grandes, que le resta confianza en la veracidad del segmento que se refiere a los Hermanos Trejo y el cuadro de la Altagracia.
Por ejemplo: inmediatamente antes de escribir sobre la Altagracia, Gerónimo de Alcocer dedicó unas páginas a la historia de la Santa Cruz, en el Santo Cero, de La Vega. [x]
A diferencia de todos los demás historiadores dominicanos, Gerónimo Alcocer menciona el ataque de los indios a la Santa Cruz que Cristóbal Colón había erigido en el Santo Cero, sin ninguna mención de la famosa batalla entre un reducido número de españoles bajo el mando del mismo Almirante, y un ejército enorme de tainos. [xi]
Conclusión: no se puede confiar ciegamente en lo que Gerónimo Alcocer escribió.

3.  Los hermanos Trejo no eran “dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura”.
Sabemos, sin duda alguna, que Casas de Millán en la provincia de Plasencia, era el pueblo de la Familia Trejo, pero los hermanos Antonio y Alonso Trejo brillan por su ausencia en todas las fuentes de información que hemos examinado en España.
Hicimos la diligencia de visitar al Archivo Histórico Provincial, en Cáceres, donde encontramos cuatro árboles genealógicos de la familia Trejo en su archivo “Legado de Paredes”.  En ningún árbol genealógico aparecen hermanos de nombre “Antonio y Alonso Trejo”.
Sin embargo, en la documentación sobre Higüey hay al menos 22 referencias al apellido “Trejo”, 14 de las cuales hacen referencia específica a Antonio y/o Alonso Trejo [xii].  No se puede dudar de que Antonio y Alonso Trejo vivieron en Higüey al principio del siglo XVI.  Es claro que los hermanos Trejo estaban entre los primeros pobladores de Higüey desde 1507, y que hicieron su marca en la vida económica y social de la villa hasta al menos el año 1528 [xiii]. 
Hay que recordar 
— que en los años 1517 - 1518 la Villa de Salvaleón de Higüey hizo mudanza, desde donde estaba la casa de Ponce de León, unos 20 kilómetros en la dirección norte, hasta el vado que cruza el Río Duey (un kilómetro río abajo de donde está el puente hoy día).
    Es probable que los Hermanos Trejo hayan vivido en la Villa de Salvaleón de Higüey original, y con el cambio de dirección de la villa, se mudaran a su ingenio.
— El ingenio de los Hermanos Trejo estaba unos 25 kilómetros al oeste de Higüey, en el río Chavón (un poco río abajo del puente de hoy). Es poco probable que tuvieran una casa en el “nuevo” Higüey.
— Es una triste verdad que el nombramiento a una posición en la administración no siempre otorga la santidad.  En el caso de los hermanos, casi todo lo que sabemos de ellos es negativo:
= 1526. 31 Agosto. "Real Cédula a Antonio y Alonso de Trejo, hermanos, vecinos de Salvaleón de Higüey, en la isla Española, alzándoles la pena de destierro que estaban condenados, para que pueden volver a dicha Villa".
    Antonio y Alonso de Trejo fueron "acusados criminalmente" de la muerte de Lucas de Morales.  Parece que durante el pleito los hijos del difunto les perdonaron.  Sin embargo estuvieron dos años presos y desterrados de la villa por tres años.  [Ver apéndice xvii abajo].
1528. Involucrados en otro muerte también:
El juicio de residencia de Antonio de Trejo como Teniente del Gobernador en Savaleón de Higüey. En el Archivo General de Indias, Sevilla, existe un surtido de papeles legales de Francisco López, escribano público y del consejo de Higüey, incluyendo una serie de acusaciones contra Antonio Trejo. 
    Por Comisión del Lcdo. Gaspar de Espinsa, Juan Farfan tomó la residencia en Higüey (en 1528) a Antonio de Trejo y su hermano Alonso, acusados de haber acuchillado a Rodrigo de Mesa, siendo Alonso “Alcalde” de la villa, estando Mesa tirado en el suelo en una riña. [xiv]
— 1528. “La villa de Salballon de Higüey estaba poblada de más de cien casados los más de ellos con mugeres de Castilla, no tiene al presente quince vecinos”  (Documentación de Salvaleón de Higüey, Simancas 23, 1528.)
Claro que muchos de los encomenderos ya estaban viviendo en sus haciendas, fuera de la Villa.
    A la vez, es claro que eran personas de cierta categoría.  Alonso era Alcalde ordinario de Salvaleón de Higüey.  Antonio fue Teniente del Gobernador en Salvaleón de Higüey.  Y la Cédula de Carlos I, dice que “sois hijosdalgo”.
Pero queda por averiguar de dónde vinieron los hermanos Trejo [xv].
Conclusión: los Hermanos Antonio y Alonso Trejo de Higüey no fueran de Plasencia y no hay evidencia de que eran “nobles”.

4. No había archivos de referencia en Santo Domingo
El 11 de enero de 1586 el corsario inglés, Francis Drake, con unos 30 o 32 barcos y algo más de mil hombres, desembarcó en Haina, y “en poco más de treinta horas después que apareció su armada la tuvo tomado” a Santo Domingo.
He aquí una de las razones principales de la escasez de información sobre La Española en el siglo XVI: Francis Drake se posesionó de la ciudad de Santo Domingo hasta el 11 de febrero de 1586.  Según la tradición, Drake dormía en la capilla de Santa Ana (la capilla del “Obispo de Bastides”) de la Catedral durante el tiempo de la ocupación de la ciudad.
 “El aceptó de que saldrían como se les dieron 25,000 ducados”.  Antes de marcharse, quemó toda la documentación que se encontraba allí.
Entonces, aquí la pregunta: si no hay archivos, ¿de dónde consiguió Gerónimo Alcocer su información? – ¿de oídos?  O -como decimos en la República Dominicana-, ¿“por Radio Bemba”?  Sea lo que sea, no se puede confiar demasiado en información que procede de fuentes informales.
Conclusión: Gerónimo de Alcocer no tuvo acceso a documentación fiable del primer siglo de la colonización de La Española.

5.  La fecha es correcta, el nombre del rey no
Cuando publicaron la “Relación Sumaria” en 1942, el mismo don Emilio Rodríguez Demorizi advirtió de un error: Gerónimo de Alcocer había escrito: «una cédula del Rey Don Felipe Primero año de 1526». 
Don Emilio sugiere una corrección:  «Felipe I murió en 1506.  La cédula citada debe ser de ese año y no de 1526».
Sin embargo, creemos que la cédula citada debe ser de Carlos I  (1516 – 1556),
por las dos investigaciones siguientes:

 
Castillo de Simancas, Valladolid

Archivos Reales de Castilla
Del 28 al 30 de mayo de 2001, don Alejandro Rodríguez y el que escribe, examinamos los Archivos Reales de Castilla en el Castillo de Simancas, Valladolid, con atención especial a un archivo específico: [xvi]
Nos informaron que, si existiera una copia de la Cédula Real de Felipe I con referencia a los Hermanos Trejo, debería estar en este archivo de 126 “despachos”. (Felipe I fue Rey por dos meses y dos semanas, desde 12 de julio hasta 25 de septiembre de 1506).
El archivo es casi imposible de leer para una persona sin preparación en “paleografía”.  Pero, alguien hizo anotaciones a lápiz (en español moderno) en el margen de los distintos “despachos” cada vez que encontraba referencia a asuntos de América.
Conclusión: No hay referencia ni a los Hermanos Trejos ni a La Española en este archivo de 126 “despachos” del Rey Felipe I.


Archivo General de Indias, Sevilla

Archivo General de Indias
Del 20 al 24 de mayo de 2001, Nidia Díaz de Fleury y el que escribe examinamos el Archivo General de Indias, en Sevilla, donde sí encontramos una cédula [xvii] que menciona a los Hermanos Trejo, con fecha 1526:  Contenido: Real Cédula a Antonio y Alonso de Trejo, hermanos, vecinos de Salvaleón de Higüey, en la Isla Española, alzándoles la pena de destierro a que estaban condenados, para que puedan volver a dicha villa”.
He aquí una cédula con fecha de 1526 que hace referencia a Antonio y Alonso de Trejo y que está firmada por un rey, el Rey Carlos I de España.
Conclusión 1: es probable que esta sea la “cédula del Rey” mencionada por Gerónimo de Alcocer.  Hay que suponer que el original desapareció en las “devastaciones” de Drake.  
Por falta de una fuente escrita, es fácil suponer que una imaginación fértil habría añadido:  “encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode y aproveche en ella,” por no saber de “la pena de destierro a que estaban condenados”.

Conclusión 2:  Gerónimo de Alcocer tuvo su error no en el año, sino en el nombre del Rey.  Debía haber escrito “Carlos” en lugar de “Felipe”.

El cuadro Nuestra Señora de la Altagracia

6. El cuadro de la Altagracia no pudo haber sido pintado antes del año 1510 y no pudo haber llegado a Higüey antes del año 1517.
Los expertos máximos en materia de pintura española están de acuerdo que La Altagracia es de origen sevillano, y de la escuela de Alejo Fernández.  Ahora bien, Alejo Fernández llegó a Sevilla en el año 1508, y dedicó los dos años siguientes exclusivamente a pintar cuatro tablas del retablo de la Catedral.  Así que, ni él, ni una persona bajo su influencia, podría haber empezado a pintar La Altagracia antes del año 1510.
La Villa de Salvaleón de Higüey fue fundada en el año 1505, donde se encuentra -hoy día- la Casa de Ponce de León, cerca de San Rafael de Yuma.  Por varias razones, se trasladó la Villa a su locación actual en el año 1517 - 1518.  Todo el mundo está de acuerdo que el cuadro de La Altagracia tomó su lugar en la historia al llegar, no al Higüey original, sino al Higüey actual.
Conclusión: Es imposible que el cuadro de la Altagracia existiera en 1506, menos todavía que llegara antes de la fundación del nuevo Higüey en los años 1517-18.

CONCLUSIÓN
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Considerando que:
— Por falta de confirmación por otra fuente, el testimonio de Gerónimo de Alcocer no es válido en sí mismo.
— No se puede confiar ciegamente en lo que Gerónimo de Alcocer escribió.
— Los Hermanos Antonio y Alonso Trejo de Higüey no eran de Plasencia y no hay evidencia de que fueran más que hidalgos.
— Gerónimo de Alcocer no tuvo acceso a documentación fiable del primer siglo de la colonización de La Española.
— Gerónimo de Alcocer cometío su error no en el año, sino en el nombre del Rey.  Debía haber escrito “Carlos” en lugar de “Felipe”.
— Es imposible que el cuadro existiera en 1506, menos todavía que llegara a Higüey antes del año 1517-18.

Sería irresponsable insistir en que el texto de Gerónimo de Alcocer es correcto.  Se recomienda que este texto sea archivado en la categoría de “información secundaria esperando verificación”.

RESUMEN
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    ¿Es verdad que los Hermanos Trejo trajeron la Altagracia a Higüey?
    Probablemente no.
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NOTAS

[i] Ver el capítulo 5 “La historia oral” con sus apéndices, de mi libro “Historia de Nuestra Señora, la Virgen de Altagracia”. Contiene trece versiones de la historia oral.  Todas tienen los hechos básicos en común.

[ii] El título completo es:  « RELACION SUMARIA   Del estado presente de la Isla Española en las Yndias Occidentales, de sus poblaciones y cosas notables que ai en ella, de sus frutos y de algunos sucesos que an acontecido en ella, del Arçobispos hasta el año de mil y seis cientos y cincuenta, queste se escriue.  POR EL LICENCIADO LUIS GERONIMO ALCOCER, CANONIGO DE LA CATEDRAL DE LA DICHA CIUD. »
Se puede encontrar el texto completo en:
  Luis Gerónimo de Alcocer, “Relación sumaria del estado presente de la Isla Española…” en: Emilio Rodríguez Demorizi (ed.), Relaciones históricas de Santo Domingo, vol. 1 (Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1942), 193 -267

[iii] Es probable que la “Relación Sumaria” haya sido escrita en cumplimiento de las reales cédulas del 31 diciembre de 1635; y del 4 de noviembre de 1648, por las cuales se pidió a las colonias que fueran enviados al Cronista Gil González Dávila “todos los datos necesarios” para la formación de su obra Teatro eclesiástico de las Iglesias de América, publicada en 1649.  (Un año antes de que Alcocer cumpliera el real encargo, en 1650).
    El texto de Gil González Dávila en su “
Teatro eclesiástico” no menciona ni Higüey, ni la Altagracia, ni los Hermanos Trejo.  
    No se puede resistir la idea de que la Iglesia en La Española no tenía mucho entusiasmo por el trabajo del Cronista Gil González Dávila, aunque la información fue pedida por Reales Cédulas. Se puede imaginar que, uno por uno, todas las personas capaces de escribir el informe se recusaron y que, como Gerónimo de Alcocer (1598 – 1665) era el último en la línea, él estaba obligado de prepararlo y finalmente entregarlo... un año después de la publicación de la obra de Gil González Dávila.

[iv] Luis Gerónimo de Alcocer, (1598 – 1665) Fue Abogado de la Real Audiencia de Santo Domingo; Racionero de la Catedral en 1627; Catedrático superior de latín y Capellán en el Colegio de Gorjón (fue en aquel entonces que redactó la “Relación Sumaria” con 52 años de edad); Tesorero dignidad en 1662 y Maestre escuela en 1662-1664.
    Es claro que no era más que un profesor de latín, la “lingua franca” de todo caballero en aquel entonces.  

[v] Emilio Antonio Morel Bobadilla (1884-1958) Notable poeta, periodista, político y diplomático.  Fue director de importantes revistas de la época, tales como “La Cuna de América”, “La Evolución” y “Alma Dominicana”. Ocupó importantes cargos en la administración de Rafael Leónidas Trujillo, tales como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante España y Portugal.  Falleció en el exilio político en la ciudad de New York.

[vi] En el Archivo General de la Nación se conserva una fotocopia de tan valioso manuscrito.  comienza en el folio 63 de una serie de manuscritos marcados con el número 3000.

[vii] María Ugarte de Brusiloff (1914 - 2011) Fue una periodista, escritora, académica, historiadora y paleógrafa dominicana de origen español.  Ugarte fue la primera mujer en ejercer el periodismo en la República Dominicana; también la primera mujer en ser miembro de la Academia Dominicana de la Historia.

[viii] Emilio Rodríguez Demorizi (1904-1986) Historiador, lingüista, diplomático e intelectual, con una rica producción bibliográfica; se delineó todos los contornos de la dominicanidad a través de la historia, la geografía, la literatura, el arte, el folclor, la economía, y todas las ramas de las ciencias humanas, así como las más nobles expresiones del espíritu.  Es el más grande y prolífico documentalista en la historiografía dominicana. Escribió unos 120 libros.

[ix] Colección y notas. Ciudad Trujillo, Vol. I. 1942. Pág. 193-267.

[x] Santuarios y Imagines de devoción milagrosas que haya en esta Isla
Sea la prima el estandarte de Nuestra sagrada religión la Santísima Cruz de La Vega.  Esta Santísima Cruz mando poner en un cerro muy alto y que se veía de muchas leguas alrededor el Almirante Don Cristóbal Colón muy cerca de donde después se pobló la Ciudad de La Vega; la hicieron muy alta de mas de cuarenta palmos y en proporción los brazos para que se viese de todas partes y tenerla por norte y guía.
Los indios de La Vega Real como después declararon se quejaron a sus oráculos de que les hubiesen faltado en aquellos días y con grandes diligencias vinieron a tener respuesta por medio de sus piaches o sacerdotes que mientras aquel madero estuviese allí puesto no les habían de responder mas antes se querían ir y dejarlos que le quitasen luego de allí y les prometían gran felicidad y que les responderían a sus dudas.
Con esto se juntaron muchos y subieron al cerro para quitarla con los instrumentos de que usaban para cavar la tierra y cortar maderos y cavaron alrededor de la Cruz y crecía otra vez la tierra y cansados de cavarle echaron muchas sogas y bejucos y tirando de ella innumerables no le pudieron mover, trataron de cortarla por el pie con sus instrumentos de piedra con que cortaban mas gruesos maderos y crecía otra vez lo que cortaban; viendo esto la quisieron quemar, y para ello pusieron alrededor mucha cantidad de leña y puesto fuego no prendía en la Cruz por mas tiempo que gastaron en ello y por mucho que atizaban el fuego y quedo intacta la Santa Cruz mas de junto al pie (quizá por memoria del milagro) permitió Dios nuestro señor que quedase algo de negrita y chamuscada con señales de fuego.
Cuando estaban atizando el fuego los indios vieron a nuestro Señora la Santísima Virgen María sentada en un brazo de la santa Cruz que parecía que desviaba el fuego y defendía que no la quemasen por lo cual indignados los indios pensando que fuese alguna mujer española se armaron contra ella de sus arcos y flechas le tiraron muchas y se volvían contra ellos; viendo tantos prodigios se dieron por vencidos.
[Tanto este texto, como el siguiente contienen problemas de veracidad por los historiadores].

[xi] 1495 Marzo - El Santo Cerro y Nuestra Señora de las Mercedes
Cristóbal Colón con “doscientos infantes y veinte ginetes” se confrontó a 30,000 indios (algunos dicen 100,000) al mando de Guarionex, el cacique de Maguana.  El primer día los indios tomaron la zona donde estaba erigida una cruz de madera, y trataron de tumbarla, quemarla y cortarla, sin éxito.
Refiere el Padre Infante (Fray Juan Infante, religioso de la Orden de la Merced y confesor del Almirante), que observó, como a las nueve de la noche, una luz desconocida y suave que rodeaba la Cruz, cuyo resplandor dejaba percibir sobre el brazo derecho de ella una hermosísima Señora vestida de blanco, con un niño en sus brazos, en donde estuvo por más de cuatro horas, saludada de los Españoles con oraciones y con lágrimas, porque entendieron que era María de las Mercedes, que los venía a consolar y animar en su aflicción. Añade también que los Indios que la miraban, empezaron a tirarle flechas y varas; pero que retrocediendo éstas, perdieron muchos la vida; y que los Españoles, a vista de tan patentes prodigios, esperaban con ansia el día, para desalojarlos y destruirlos”.

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Efectivamente, el día siguiente la experimentada tropa española hizo trizas de los indios.

[xii] Ver el apéndice 4  “Los Trejo en Higüey” del capítulo 6 “La búsqueda de los hermanos Trejo” de mi libro “Historia de Nuestra Señora, la Virgen de Altagracia”.

[xiii] Los Hermanos Trejo
Es probable que los Hermanos Trejo, los dos “casado con mujer de Castilla”, hayan llegado a La Española en 1508 cuando “Alonso de Trejo [era] Alcalde de Higüey [viejo] hacia 1508 hasta 1515”. (Fuente: Mons Polanco, Milagros del Santuario de Higüey). Es la primera fecha documentada de su presencia en La Española.  
Es casí seguro que en 1515 asentaron “sus reales en tierras higüeyanas, fundando haciendas y un ingenio de azúcar” en el río Chabón, a 25 kilómetros de la Villa de Higüey.
ALONSO DE TREJO - Vecino de Salvaleón de Higüey; casado con mujer de Castilla; Alcalde ordinario de la misma; en 1514 se le encomendaron treinta y siete personas de servicio en la cacica doña María de Higüey, más tres naborías de casa.
ANTONIO DE TREJO - Vecino de Higüey; casado con mujer de Castilla; en 1514 recibió encomienda de veinte y nueve personas de servicio en la cacica doña María de Higüey, en que entra la capitana Inés, que tenía Gonzalo de Mendoza; más seis naborías de casa; hermano de Alonso de Trejo.... El 8 de abril de 1518 fue elegido Procurador para representar a Higüey en las Cortes de la Isla Española de 1518.  
(Gonzalo de Mendoza - vecino y encomendero en Higuëy en 1514)
La palabra “vecino” no significa que vive en la Villa de Higüey, sino en la region administrada por la Villa.
Fuente: “Pasajeros a la Española, 1492 - 1530”  Benzo de Ferrer, Vilma.  Santo Domingo, 2,000.    Págs. 573, 576 – 577
[xiv]    No se debe confundir a Rodrigo de Mesa (casado con Beatriz González, encomendera de Higüey) ya difunto en 1514 - con Rodrigo de la Mesa, ahijado de Antonio de Trejo, que dio testimonio en el “Juicio de Residencia” de Antonio de Trejo, el 20 de marzo de 1528.

[xv] Una hipótesis:   
Queda por averiguar los orígenes de los hermanos Trejo, sin embargo hay un detalle curioso : Los Trejos de Plasencia participaron en la conquista de Las Islas Canarias (1478 hasta 1483).  Miguel de Trejo Carvajal, Hijodalgo notorio y Conquistador de Gran Canaria, se casó con Doña Margarita Fernández Guanarteme, única hija de Don Fernando Guanarteme, último rey aborigen de Gran Canaria.  Su hija Doña María de Carvajal Guanarteme, casó con Bartolomé de Aguilar de la Mota y tuvo cuatro hijos, que continúan la sucesión.  (La primera hija se llamó María. No podemos encontrar los nombres de los otros tres hijos).
Ahora bien, la ruta de navegación hacia el Caribe tiene que pasar por las Islas Canarias, para reabastecer, y después aprovechar los vientos alisios para cruzar el océano Atlántico.  Se puede especular que nuestros hermanos Antonio y Alonso Trejo eran dos de aquellos cuatro hijos, y que embarcaron con rumbo al nuevo mundo.

[xvi] “Camara_Castilla_Cedulas L. 12 (1506- 1521)”.
“Començo en La Coruña el 25 de mayo de 1506”.
Los despachos de este año llegan hasta el Nº 126 -hasta agosto 1523.
Felipe I fue Rey por dos meses y dos semanas, desde 12 de julio hasta 25 de septiembre de 1506.

[xvii]  “Signatura: INDIFERENTE, 421, L.11, F. 147r 147 v”.
“Título: Real Cédula”.
“Fecha Inicial: 31-08-1526”.
Contenido: Real Cédula a Antonio y Alonso de Trejo, hermanos, vecinos de Salvaleón de Higüey, en la Isla Española, alzándoles la pena de destierro a que estaban condenados, para que pudieran volver a dicha villa. Lugar de emisión: Granada.
[—Es probable que ésta es la cédula a la cual Gerónimo de Alcocer hace referencia en su texto de 1650].
[—Es interesante notar un elemento insólito: los querellantes hijos del dicho difunto “vos perdonaron”].
[—Encontramos el texto original en los Archivos Generales de Indias, y conseguimos la transcripción cortesía de Doña Pilar Lázaro de la Escosura, Jefa de Dpto. de Referencias, Archivo General de Indias.]

EL REY
Por quanto por parte de vos Antonio de Trejo y Alonso de Trejo, vuestro hermano, vesinos de la villa de Salvaleón de Higuey que es en la Isla Española me fue hecha relación que vosotros fuisteis acusados criminalmente en la nuestra Abdiençia e Chançillería Real que resyde en la dicha isla, çerca de la muerte de Lucas de Morales, vezino que fue de la dicha villa y que durante el pleyto los querellantes hijos del dicho difunto vos perdonaron. Sin embargo de lo qual diz que estuvistes dos años presos en que gastastes e perdistes la mayor parte de vuestras haciendas, e vos condenaron en cada veinte e cinco mill maravedis de pena y en destierro de la dicha villa por tres años.ç

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Y me suplicastes e pedistes por merçed que por que vosotros sois de los primeros pobladores desas partes, y por lo que en ella nos aveis servido y trabajado, y vuestras haziendas son de granjeria e mediante el dicho tiempo las perderiades e la dicha villa se despoblaría y sois hijosdalgo y pacificos, y en la larga prisión purgastes la pena, caso que alguna tuviesedes, vos mandase alçar el dicho destierro para que libremente pudiesedes entrar y estar en la dicha villa, sin por ello caer ni incurrir en pena alguna, pues no avrá parte quexosa, como todo constava por ciertos testimonios de que ante nos hezistes presentación, o como la mi merced fuese.
E yo por los dichos respectos e por vos hazer merçed e por que ansi nos lo envió a suplicar la dicha villa tuvelo por bien, e por la presente vos alçamos el dicho destierro e vos damos liçencia e facultad para que libremente podais entrar y estar en la dicha villa e su tierra e jurisdicción y en otras qualesquier partes donde quisieredes e por bien tuvieredes, sin por ello caer ni incurrir en pena alguna. Y mandamos a todas y cualesquier nuestras justicias que vos guarden e cumplan esta mi medula [“medula” debía ser “cédula”]  e lo en ella contenido en todo e por todo seguid e como en ella se contiene, e que contra el tenor e forma della vos no vayais ni pasen ni consientan ir ni pasar en tiempo alguno ni por alguna manera, so pena de la nuestra merçed e de diez mili [“mili” debía ser “mill”] maravedis para la mi camara a cada uno que lo contrario hiciere.
Fecha en Granada a XXXI de agosto de M DDXXVI  [debe ser MDXXVI, (1526)] años. Yo el Rey. Registrada de Cobos. Señalada del Chanciller y del Obispo de Osma, y del Obispo de Canarias y del Doctor Beltrán y del Obispo de Çibdad Rodrigo.
(Tomado de: “Historia de Nuestra Señora, La Virgen de Altagracia,  Capítulo 8, Apéndice 6,  (Página 343)”

— Según la “Real Cédula”, los hermanos Antonio y Alonso de Trejo estuvieron dos años presos … y en destierro de la dicha villa por tres años. Lo que no dice es si eran sentencias concurrentes o recurrentes, es decir por un total de tres años, o de cinco años. 
    Sin embargo, no hemos encontrado mención por escrito de los Hermanos Trejos después del 17 de febrero de 1523... hasta la “Real Cédula” -“alzándoles la pena de destierro a que estaban condenado”-, que se publicó el 31 agosto de 1526 (tres años y medio más tarde más tarde).