martes, 20 de septiembre de 2022

La Cuestión de las Órdenes Militares


La Cuestión de las Órdenes Militares
 en los primeros años 
 del descubrimiento del nuevo mundo 

    Hay todo un trabajo por hacer con referencia a la cuestión de la Órdenes Militares en el descubrimiento del mundo nuevo. 
 
    1 El “cuento” de que -en 1492-, “se rellenaron las carabelas con presidiarios” a los tres barcos de Cristóbal Colón, se derrite frente a una investigación seria. 
    La lista más completa que tenemos (de Alice Bache Gould) contiene los nombres de solamente cuatro “criminales” en las tres carabelas. 
    Además, ningún capitán aceptaría en su barco a hombres sin experiencia, desnutridos, con una historia de desobediencia y falta de respeto a la autoridad, especialmente para un viaje tan largo. Claramente no es la verdad. 

    2 En aquel entonces, las reglas locales favorecían el reclutamiento de hombres de la misma Sevilla. Sabemos que muchos hombres de Extremadura subieron a las carabelas con identidades “ajustadas” a esta realidad. 

    3 Los ocho siglos de la reconquista de España terminó con la conquista del emirato de Granada en 1492. 
    Había sido una guerra llevada principalmente por las Órdenes Militares (1. y 2.)      
    Eran cuerpos militares de “monjes guerreros” altamente disciplinados, entrenados, obedientes y sumamente católicos, con votos religiosos. 
    Los Reyes les pagaron con las tierras que habían liberado… en Extremadura. 

    4 Después de Granada, las Órdenes Militares se desintegraron por falta de una guerra para librar. 
    A la vez, los “Reyes Católicos”, Fernando e Isabel, le quitaron su autonomía, con la sencilla medida de asumir la capitanía de las órdenes, ellos mismos. 

    5 De repente, un gran número de hombres altamente entrenados en las artes de la guerra, estaban sin oficio. ¿Qué pasó con “the rank and file” (la tropa de base), los soldados rasos y suboficiales de las Órdenes Militares? 
    Es poco probable que se convirtieron en sencillos campesinos en Extremadura.

Notase las dos banderas con cruz verde

    6. En la entrada del 11 de octubre de 1492 del diario de Cristóbal Colón, encontramos el texto siguiente: 
    «el Almirante salió a tierra en la barca armada y Martín Alonso Pinçón y Viceinte Anes, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la vandera real y los capitanes con dos vanderas de la Cruz Verde, que llevava el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una I, ençima de cada letra su corona, una de un cabo de la + y otra de otro.» 
    La Bandera de la Cruz Verde – ¿qué representa?     
    Es que -que sé yo-, la única bandera de aquél entonces con una cruz verde era la bandera de la Órden de Alcántara.
   ¿Significa que estaban miembros de la Órden de Alcántara en el primer viaje? – ¿quiénes eran, y cuáles eran sus responsabilidades? (3.)

Orden de Alcantara.

    7. El 27 de marzo de 1495, Cristóbal Colón con “doscientos infantes y veinte ginetes” se confrontó a 30,000 “indios” (algunos dicen 100,000) al mando de Guarionex, el cacique de Maguana. 
    La tropa española hizo trizas de los indios. 
  Con todo respeto a los “indios”, solamente un cuerpo de soldados altamente entrenados y disciplinados, con años de experiencia en las artes de la guerra podría haber hecho esto…
    ¿Ex miembros de las Órdenes Militares? 

    8. En el 20 de agosto 1502 los Reyes Católicos nombraran a Frey Nicolás de Ovando como “Comendador Mayor de la Órden de Alcantará”. 
    Había llegado a La Española cuatro meses antes, el 15 de abril 1502, como primer “Gobernador Real en Indias”. La presencia de un buen número de caballeros en La Española es evidente. 
    Las tres guerras librados en los primeros años de Nicolás de Ovando, claramente fueron llevadas por hombres con mucha experiencia de combate. 
     El 20 de mayo de 1505, Frey Nicolás de Ovando escribe a su hermano declarando que la isla estaba totalmente sometida, y solicita su retorno a Castilla, porque cualquier persona que envían bastará para gobernarla. 

    9. Dice Peguero que, a la fiesta que ofreció Diego Colón a su arribo a Santo Domingo al Comendador Ovando, a quién iba a sustituir (en 1509), acudieron: “muchos caballeros de las villas ya fundadas”. 
    Oviedo escribe “setecientos y entre ellos, noventa de ávito de órdenes militares”. 
     Herrera escribe “quatrosientos; y sinquenta y dos veneras” ; conformémonos con el número menor por estar más probable   

    10. Hace falta un historiador serio para desarrollar una investigación a fondo para averiguar el papel verdadera de las Órdenes Militares en los primeros años del descubrimiento del nuevo mundo.
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1. — Ver el Apéndice 1, del capítulo 2 “La devoción a Nuestra Señora, la Virgen de Altagracia en La Española y Nicolás de Ovando” de mi libro «Historia de Nuestra Señora, la Virgen de Altagracia». 
 2. — La Órdenes de Alcántara (fundada en 1156), de Calatrava (1158) y de Santiago (1170). 
 3. — Los miembros de la Orden de Alcántara se sometían a los tres votos de obediencia, pobreza y castidad perpetua. 
    Solo tres días de la semana comían carne y otros tres ayunaban desde (la fiesta de) la Cruz de septiembre hasta la Resurrección. 
    Siguieron la regla del Cister. 
    Dormían vestidos, guardaban silencio en la iglesia y refectorio. 
    El traje consistía en una túnica de lana blanca, escapulario con una pequeña capilla, y sobre él, cuando salían del convento, una capa o tabardo de color negro. 
    El cabello lo llevaban cortado por encima de la oreja y la barba redonda. 
     Cuando por tregua u otra razón, no se empleaban en los menesteres guerreros, permanecían recluidos en el convento, observando como clérigos la Regla.

martes, 13 de septiembre de 2022

Cuando éramos jóvenes


   Cuando éramos jóvenes, sufríamos de corazones rotos y, a medida que crecimos, acumulamos dolores y molestias en las demás partes también.

    Pero ahora, ya con la “media edad” por atrás, viene la confusión de haber durado tantos años.

    Primero viene el recuerdo “medio olvidado” que hace falta completar. Tu recuerdas algo y ella debe agregar los detalles. Por supuesto, en algunos casos ella recuerda algo completamente diferente.

    Entonces ambos recordamos un evento, pero no podemos recordar exactamente qué pasó en aquél entonces. Y nos reímos de nosotros mismos por ser tan tontos.

    Y con el traspasar de los años, recordamos poco cosa más allá que las emociones:

    - Ver a los niños jugando.

    - El almuerzo que está listo.

    - Llegando a casa.

    - Una buena taza de té.

    Más tarde todavía, simplemente recordamos un momento, un lugar o una emoción almacenada en el desván de nuestros recuerdos:

   — La felicidad desenfrenada y las lágrimas repentinas de ser niño.

   — La pura alegría de tener la cara salpicada de espuma salada, a bordo de un barco.

   — El asombro de descubrir un musgo luminoso escondido en el fondo de una cueva.

   — Atrás de un mar tranquilo, las nubes distantes del atardecer, rosadas y sirenas, cantando una despedida a la puesta del sol.

   — La satisfacción de estirarse en el suelo, exhausto pero contento tras una larga caminata.

   — El sonido del silencio a las cuatro de la mañana.

   — El suave y reconfortante sisear de escuchar, debajo de las cálidas mantas, el sonido de la lluvia torrencial en el exterior.

   — El placer de reencontrarse con un viejo amigo y la cortina de humo al intentar recordar su nombre.

   — El despertar súbito del sueño profundo de una breve siesta.

 

 Y entonces es

 que recurramos a Dios

 para decirle gracias,

 para todo.