martes, 1 de octubre de 1991

Nueva Era

 El movimiento Nueva Era

Un lobo vestido de cordero

El movimiento Nueva Era 
considera a Dios como 
la suma total de todo lo que existe. 
Dios no es tanto 
el Creador personal y trascendente del universo, 
sino más bien 
la "Energía" o "Fuerza" impersonal 
en que consiste el universo

Para los que sólo han oído "algo" de este movimiento, hay que advertirles que ningún cristiano honesto - que sea católico o de la denominación que sea -puede pertenecer al movimiento Nueva Era y quedarse en su propia iglesia.

El movimiento Nueva Era es muy diferente a las herejías y sectas con las cuales estamos acostumbrados a bregar, porque no tiene una identidad fija. Se presenta bajo una serie de nombres, y profesa diversas finalidades. A veces, para confundirnos, se identifica con movimientos modernos que son admirables, como la ecología por ejemplo. Otras veces se identifica con algo exótico, como los OVNI. Pero sin distraernos en cosas superficiales, las enseñanzas constantes de este movimiento son, sin excepción, anti-cristianas:

Dios — Para el cristiano, Dios es un Dios personal, infinitamente amoroso, que desea tener una relación personal con nosotros. Es el Creador. Es el que mantiene el universo por su palabra poderosa (Hebreos 1, 3).

El movimiento Nueva Era considera a Dios como la suma total de todo lo que existe. Dios no es tanto el Creador personal y trascendente del universo, sino más bien la "Energía" o "Fuerza" impersonal en que consiste el universo. "Todo es Dios y yo soy parte do El". Hay un paso entre esto y el famoso final de un video con Shirley Maclaine gritando, en una playa de Hawaii: "¡Yo soy Dios!"

Jesús — Para los cristianos, Jesús es plenamente divino y plenamente humano. Podemos confesar como el apóstol Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" (Juan 20, 28). Esto no puede decirse a nadie más, sin importar cuán santa pueda ser esa persona. Efectivamente, Jesús es el único salvador de la humanidad, el "mediador entre Dios y los hombres" (1 Timoteo 2, 5).

El movimiento Nueva Era considera a Jesús como uno de los muchos gurús y maestros espirituales que descubrieron su "ser superior". En consecuencia, para Nueva Era, Jesús o cualquiera de los otros maestros - el que sea mejor para ti personalmente - puede ayudarte a descubrir "tu propia divinidad". En esta perspectiva, ni Jesús ni ningún otro de los maestros es esencial en este proceso. Enseñan que, supuestamente, todos alcanzamos esta iluminación mediante nuestros propios esfuerzos.

El pecado — Para el cristiano hay reglas objetivas del bien y del mal que son inmutables. Se definen en los diez mandamientos. El ir contra los mandamientos es pecado, y punto. (La Buena Nueva es que, por la muerte de Jesús en la cruz, Dios nos da el perdón total de nuestros pecados cada vez que se lo pedimos).

Para Nueva Era, el pecado es puramente relativo y subjetivo. Es decir que si la persona no siente que ha hecho algo malo, pues entonces, no es malo. No habría que abundar en la comodidad de esta forma de pensar para justificar, por ejemplo, el adulterio.

El mundo espiritual — El cristianismo afirma la existencia del mundo espiritual -- un mundo tan real como el mundo material aunque en su mayor parte invisible para nosotros. Para los cristianos este mundo incluye a Dios, los ángeles, las almas de los muertos, y el lugar de los elegidos llamado cielo. Pero también incluye los espíritus del mal y un lugar para ellos llamado infierno. Así como los ángeles son enviados por Dios para ayudarnos a vivir en la luz (Hebreos 1 , 14), igualmente existen espíritus malos que nos tientan a hacer el mal para separarnos de Dios (1 Pedro 5, 8).

El pensamiento de Nueva Era, que contempla todo el universo como partes o aspectos de Dios, no está muy claro sobre la existencia del mal y especialmente sobre la existencia de espíritus malignos que se oponen a Dios. La falta de un discernimiento claro se muestra en un número de prácticas muy comunes en el movimiento Nueva Era.

Las prácticas de adivinación son especialmente peligrosas: el uso de las ouijas, los signos del zodíaco, las barajas, la lectura de las tazas y otras formas de predecir, supuestamente, el futuro.

La práctica de "canalización" se ha vuelto muy popular. La canalización ocurre cuando se invita a un espíritu (en el lenguaje de Nueva Era, a un "ser") a entrar en tu cuerpo, tomar el control de tu voz y hablar a través de ti. Este es otro nombre para calificar a los “médiums”. Esta práctica está condenada expresa-mente en la Biblia como proveniente del maligno (Deuteronomio 18, 9-14; Levítico 19, 31; 1 Timoteo 4, 1) .

Los cristales — Muy común en el movimiento Nueva Era es el uso de cris-tales que supuestamente poseen poderes espirituales para curar o esclarecer la mente. Aparte del hecho de que no existe evidencia científica sobre las propiedades curativas naturales de los cristales, el peligro radica en separar todo poder de su fuente en un Dios personal.

Los cristianos, por otro lado, siempre han utilizado signos materiales como ayuda para transmitir las bendiciones de Dios: agua en el bautismo, aceite en las curaciones, etcétera. Pero nunca debemos atribuirles poderes mágicos. Nosotros nos colocamos únicamente bajo el poder de Dios y el señorío de Jesús.

Reencarnación — Muy popular dentro del movimiento Nueva Era es la creencia en la reencarnación. Esto es contrario a la enseñanza bíblica: "Y por cuanto a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio." (Hebreos 9, 27).

Conclusión

El movimiento Nueva Era parece tan inocuo como un cordero, y es tan perverso como cualquier lobo.

Que los cristianos de todas las iglesias - sean católicos, evangélicos o pentecostales - tomen nota: el movimiento Nueva Era, activa y disimuladamente, pretende minar las bases de nuestra fe.

El que tenga oídos, que oiga.


Alabanza: Agosto ⁄ Septiembre ⁄ Octubre 1991