martes, 21 de noviembre de 2023

Ser músico

“Ser músico” no es un “trabajo”.  

    Más bien es una vocación, 

que te ha contagiado como joven, 

y a través de los años ha girado tus sentidos 

hacía una dimensión nueva en la vida. 


    Es una enfermedad imposible de curar.

Una vez eres músico, músico eres para siempre.

Es imposible explicar, aún con gestos, palabras, tonos o cuerdas.

Solamente el silencio tiene sentido.


    Es una sentencia de por vida, sin seguridad alguna, 

dando sensaciones imposible de compartir, 

con pre-gustaciones de los coros celestiales

y truenos de purgatorio al fondo del alma.


    A veces vienen relámpagos que aparecen sin advertencia, 

como una raya de luz en la noche 

que revela hasta el horizonte más lejano, 

que te ilumina tanto al componer como al tocar.


    Que sea a capela, u a solos, 

en grupo de rock, u en orquestras, 

que sea de los Beatles o de Buxtehude,

"Aida" de Verdi  o "El Mesías" de Handel.


    Solamente otros músicos entienden las emociones, 

la inseguridad, la soledad de estar marginado, 

la éxtasis de terminar una pieza bien hecho,

el rechazo por incomprensión y el delirio de la apoteosis.


    No hay una vocación más exigente, 

ni vocación que da más satisfacción.

 

    Si me entiendes,

pues eres músico.


    Si no me entiendes

pues lo siento por ti.

_______

Escrito para María Marcelino

21 nov 2023

jueves, 2 de noviembre de 2023

Sobre la santidad

 para los bautizados


    1. Hijos de Dios


 «El Espíritu mismo 

da testimonio a nuestro espíritu 

de que somos hijos de Dios» 

(Romanos 8:16) 

 

    Hace unos meses estaba hablando con Mons. Ramón de la Rosa, y le pedí sobre el concepto de los “hijos adoptivos” de Dios.  Es que soy huérfano.  Perdí toda mi familia en la guerra.  Efectivamente estaba adoptado desde un orfelinato. 

    Ahora bien, no me entienda mal.  Me ‘tocó la lotería’ con mis padres nuevos.  Me dieron todo lo que tengo: mi preparación, mi educación, un sistema de valores… de mi vida anterior me quedó una sola cosa: mi nombre “John”. 

    En todos los aspectos de mi vida: emocional, intelectual, psicológica y -encima de todos- legal, yo era el hijo de mis nuevos padres.  Sin embargo, llegado a los 15 años de edad, me encontré diciendo que no quisiera seguirle en la profesión de mi padre.  Quisiera salir por mi propia cuenta… 

    “Entonces” -le dije a Mons. De la Rosa-, “igual con mi padre como con Dios, ¿verdad?”. 

    Y Monseñor me enseñó una de las verdades más profundas de mi vida: 

    “Escucha John.  Tu adopción por tu padre era un acuerdo legal, pero tu adopción por Dios es mucho más. 

    Cuando un médico te hace un trasplante de corazón, ya tienes el corazón de otro latiendo dentro de ti.  Pues es igual cuando un sacerdote te bautiza.  Te hace un trasplante de Espíritu.  Desde este momento no estás a solas.  Es que -desde este momento-, Cristo vive en ti. 

"En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

    Tu no eres un hermano “adoptivo”. Tú eres un hermano de Jesús por completo…  de carne, de alma y de espíritu.  Has sido ‘inspirado’, porque Dios ya vive en ti.” 

    Así que…  Jesús es mi hermano ¡de pleno derecho!  Mi hermano mayor -claro-, pero mi hermano verdadero para dialogar, jugar, pasear, compartir, descansar… el primero y quizás el único amigo que tendré siempre -sea lo que sea-, por todos los días de mi vida. ¡Mi hermano de sangre!  Yo pertenezco a Él, y Él a mí.  ¡Somos hermanos!  ¡Jesús es mi hermano!  Y Yo soy hermano de Jesús! 

 

«Vivo yo, 

pero ya no soy yo, 

sino Cristo 

quien vive en mí.» 

(Gálatas 2, 20). 

 

 

    2. El poder del Espíritu


    «El viento sopla donde quiere, 

y tú oyes su silbido, 

pero no sabes de dónde viene 

ni adónde va. 

Lo mismo le sucede 

al que ha nacido del Espíritu.» 

(Juan 3, 8) 

 

    Mijaíl Gorbachov nació en Rusia en el año 1931. Aunque su familia campesina era creyente ortodoxo, él se identificó como ateo. 

    Su figura era tan polémica que es difícil separar las realidades de las “manipulaciones” de los distintos intereses. 


Mijaíl Gorbachov

    No puede sobre-exagerar las tensiones de aquél entonces.  Las dos “super-poderes” de la “Guerra Fría” tenían todos sus cohetes intercontinentales apuntados el uno al otro. El presidente de los EEUU abiertamente llamó a la Unión Soviética “el Imperio del Mal”.  En Londres hablamos en serio de cómo y a dónde escapar de la ciudad, si sobrevivimos un ataque nuclear.

    Sin embargo:

    Mijaíl Gorbachov era el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (una unión de 15 repúblicas) desde 1985 hasta 1991 y el último presidente de la Unión Soviética.

    Gorbachov era famoso (o notorio) por sus conceptos de “glasnost” y “perestroika”, (democracia y libertad).

    Las reformas históricas de Mijaíl Gorbachov condujeron al colapso de la Unión Soviética, y ayudaron a poner fin a la Guerra Fría.

    Sean lo que sean las opiniones de la gente, las decisiones tomadas por Gorbachov hicieron que la Unión Soviética se “desmoronó” en unos pocos años.

    Mijaíl Gorbachov ganó la aclamación de la comunidad internacional y recibió el premio “Nobel de la Paz” en octubre de 1990 por su papel en la finalización de la Guerra Fría y la reunificación de Alemania.

    Curiosamente… hemos escuchado un susurro imposible de verificar (y fuertemente rechazado por muchas “autoridades” ateas) que -a la espalda de sus propios padres- su abuela bautizó a Mijaíl Gorbachov en el nombre del “Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

 

«Por sus frutos 

los conoceréis» 

(Mateo 7, 16).

 

 

    3. El Saludo de la Santidad

   

 «Examínenlo todo y

 quédense con lo bueno.» 

(1º Tes. 5, 21)

 

    La religión original de la India, antes del Budismo, era el Hinduismo.  Tiene una forma respetuosa de saludar y también de despedirse.  Se llama “Namasté” y proviene del sánscrito antiguo, una lengua sagrada para todas aquellas personas que practican el hinduismo.

    Namasté representa una filosofía de vida y tiene un significado espiritual sumamente profundo.  Busca reconocer y honrar lo que somos y vemos en el otro.

una “mudra”

    Su significado espiritual es 'mi alma honra tu alma', o mejor todavía: «El espíritu que vive en mi saluda al espíritu que vive en ti».

    Efectivamente, es un compartir de la intimidad del tesoro más precioso de mi vida, saludando al tesoro más precioso de tu vida.

    Generalmente el saludo Namasté se acompaña de una “mudra” (un gesto, considerado como sagrado, hecho con las manos).  La mudra se hace con las palmas abiertas y unidas entre sí a la altura del pecho, en posición de oración, acompañado de una inclinación ligera de la cabeza y generalmente con los ojos cerrado

    En hindi y en otros idiomas derivados del sánscrito, “Namasté” es básicamente una forma respetuosa de saludar y también de despedirse.

 

    «La santidad 

que se encuentra dentro de mí, 

saluda la santidad 

que se encuentra dentro de ti.»

miércoles, 1 de noviembre de 2023

¿Entonces?

¿QUE TENGO QUE HACER?

 

1 ⁄ 

          "El que esté sin pecado, 

           que le tire la primera piedra"

     Es decir, el primer paso es la limpieza personal.  No tenemos el derecho de hablar a otros, si nosotros llevamos pecado encima.

 

2 ⁄ 

       Tarde o temprano

               toda maldad 

                        se expresa con violencia…

 

que sea en casa, en la calle, en los medios de comunicación, en el uso de la idioma… (1)

      Hay que llamar la atención cada vez que encontramos violencia en toda y cualquier situación.

      Hay que intervenir físicamente si sea necesario. (2)

       Hay que hacer que el violento rinde cuentas y paga las consecuencias.

 

3 ⁄

     Si haya violencia y no hacemos nada, 

          somos:

          1 ⁄ cobardes, y

          2 ⁄ cómplices.

     Hay que aceptar 

                que el pacificador 

                                   siempre queda herido.

 

4 ⁄

     El punto de partir 

                es asumir para ti mismo el siguiente:

 

“Prefiero morir que matar.”

 

 


(1) Es un reductio ad absurdum, 'reducción al absurdo', limitarlo solamente a la violencia de genero contra mujeres.

(2) Dos veces he sido herido físicamente, al intervenir en actos de violencia.  Es el precio que hay que pagar por ser pacificador.