Juliana |
La Esperanza
El más terrible de todos los sentimientos;
el sentimiento de tener la esperanza muerta".
(Federico García Lorca)
Cuando estábamos en el HUEH (Hopital de l'Universite d'Etat d'Haiti) en Port-au-Prince, después del terremoto de 2010, escribí el siguiente:
Permite a los niños venir a mi
Los pabellones de pediatría no estaban muy lejos, y pronto -a pesar de la barrera del idioma- hicimos amigos con los niños. Es curioso cómo una cara cómica y un gesto de payaso hacen sonreír a cualquier persona.
Todos los niños -entre dos y catorce años de edad- estaban recuperándose de heridas serias, y a muchos les faltaba un dedo, un brazo o una pierna. Los tornillos grotescos que se usan para estabilizar huesos rotos son aún más terribles, saliendo de los miembros de un niño. La mayoría tuvo contusiones en la cabeza y heridas internas también.
De vez en cuando se encuentra una camita ya vacía. No se atreve a preguntar: ¿qué pasó? Puede que el niño ya se había ido a casa. Pero, puede que también se había ido a la morgue.
No podíamos permitirnos llorar. Tenemos que trasmitir esperanza, esperanza contra toda esperanza, la promesa de esperanza, la expectación de esperanza, el sueño de esperanza.
Y aún más allá de lo que parece una meta imposible, nos espera la fe y el amor. Al fin y al cabo, quedan solamente tres cosas: fe, esperanza y amor, y la más grande de ellas es el amor.
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