martes, 1 de octubre de 1996

¡Al fin, Jerusalén!

¡Al fin, Jerusalén!


Introducción
    El 6 de septiembre 1996 salimos un grupo de 57 Siervos y colaboradores a los que se unieron unos 32 más de Italia, para hacer un viaje de tres semanas a Tierra Santa, Roma y Asís.
Tantas experiencias y emociones requieren mucho tiempo para rumiar y sacar todo los beneficios. Sin embargo, quisiéramos dar un anticipo, al cual cada uno añadirá sus propios detalles.

Al fin llegamos, y ¡pisamos donde Jesús pisó!
    Y vimos el Mediterráneo, y el Monte Carmelo, y el Mar de Galilea, y Cafarnaúm, y Nazaret, y Caná, y el Monte Tabor, y el Río Jordán, y Jericó, y el Mar Muerto, y Belén ... y finalmente subimos a Jerusalén.

Caná de Galilea
Nidia y John renovando sus votos de matrimonio 
con el P. Jack Karam (el párroco de Caná), 
quien había publicado un folleto 
con las oraciones del P. Emiliano... 
¡en arabe!
    
    ¡Imagínate!  Descansamos nuestras cabezas en la tierra santificada por “Dios hecho hombre” ... y lágrimas de emoción salieron de muchos ojos.
    Gracias, Señor, por la experiencia soñada hace tanto tiempo.  Gracias, Señor, porque se hizo posible que tantos hermanos pudiéramos hacer la peregrinación.  Gracias Señor por lo que este viaje ha hecho en nosotros para profundizar nuestra fe.

El Padre Emiliano en el Mar Muerto
¡Un Padre bien vivo en un mar más bien muerto!

    Las sorpresa
    Y la primera verdad que nos impactó fue -a pesar de haber leído la Palabra de Dios cada día desde nuestra infancia- lo poco que supimos de la tierra de la Biblia.
    ¿Quién hubiera adivinado que el país de Israel era tan pequeño?  Tiene solamente 27,800 Kms2.  La República Dominicana es casi el doble de tamaño con 48,442 kms2.     
    ¿O que el Mar de Galilea era un “Iaguito” pequeño?  Es de 8 kms. de ancho por 21 kms. de largo?  Mientras que nuestro Lago Enriquillo es 15 a 20 kms. de ancho por 55 kms. de largo.
¿Quién hubiera adivinado que una gran parte de Tierra Santa ya no es una tierra de leche y miel?  Al contrario, es un desierto inhóspito con montañas rocosas despojadas de tierra y vegetación, hirviendo en el calor de un sol que brilla sin misericordia.
¿Quién hubiera adivinado que casi no hay cristianos allí?  De los cinco millones de habitantes, hay 100,000 cristianos en todo el país, de los cuales ¡solamente 16,000 son católicos!

Pura Deogracia
La hermana más amada

Las realidades
No somos tan insensibles como para no darnos cuenta del odio mutuo entre los judíos y los musulmanes; el miedo que motivó la inspección fastidiosa de nuestras maletas antes de abordar el avión; el uso de las armas para mantener la ''paz''; la comercialización desenfrenada alrededor de los lugares santos.
Vimos cuán fundamentalistas son los judíos, pegándose a la letra de la Torá (Las Escrituras), con su observancia del Shabat (el sábado) y el colocar del Telifín (la cajita que contiene la ley) sobre la frente.
Pero también vimos cuán radicales son los musulmanes, que expulsaron de una mezquita a una hermana de nuestro grupo solamente porque llevaba un pequeño alfiler con una cruz en su blusa.

Nedda delante de La Mezquita de El Aksa
de dónde fue expulsada 
por llevar este alfiler con una "cruz" en su blusa

Parece que no tiene solución humana este conflicto entre dos puntos de vista que son tan totalmente diferentes en su ancho, su largo y su profundidad.
Sin embargo a nosotros nos parece que son los gritos ciegos de dos religiones obstinadas y obsoletas: la una, porque ya ha llegado el Mesías añorado por tanto tiempo;  y la otra, porque ya llegó el hijo mismo del Alá que su profeta proclama con tanto fervor.
Señor, pedimos por la conversión de los judíos y los musulmanes.  Toca sus ojos y sus oídos para que vean y oigan.


Ein Karem, cerca de Jerusalén
HIC PRAECURSOR DOMINI NATUS EST
“Aquí nació el Precursor del Señor” .

La Iglesia de la Visitación 
 La «Iglesia de San Juan Bautista» en Ain Karem (a 8 kilómetros al sur de Jerusalén), fue edificada sobre la cueva que se supone fue la casa de Zacarías, donde Juan el Bautista nació. A la derecha del pasaje en la Iglesia inferior, se encuentra la llamada «Roca del Ocultamiento». Esa roca se asocia con la ocultación de Juan el Bautista por parte de su madre Isabel. Un relato señala que, para escapar de la masacre de los santos inocentes, ordenada por Herodes, a fin de eliminar a Jesús de Nazaret, Juan el Bautista –también niño– fue escondido allí. 

  La llama de nuestra fe
Sin embargo, nos dimos cuenta de que la llama de nuestra fe arde en una dimensión en que las realidades actuales son intrusas, pero de poca importancia.
Si solamente al aterrizar el avión en Tel Aviv, la emoción nos trajo lágrimas, ¿cómo podríamos mantener los ojos secos cuando, por ejemplo:

— Desde lejos vimos por primera vez, acostado entre dos colinas allá en la distancia, el pueblo de ... ¡Nazaret!

Ntra. Sra. de la Altagracia
Como un botón de muestra de las sorpresas que nos esperaban, 
he aquí el mosaico de Ntra. Sra. de la Altagracia que encontramos ... 
¡en el patio de la Basílica de la Anunciación, en Nazaret!

  

      — Entrando en la Basílica de la Iglesia de la Anunciación, en Nazaret (donde el Ángel anunció, María dijo “Fiat”, y el Verbo se hizo carne) ... descubrimos un mosaico de ¡Nuestra Señora de La Altagracia!
    ¡Tan lejos de nuestra tierra, y tan cerca a nuestros corazones!

Basílica de la Anunciación, Nazaret
VERBUM CARO HIC FACTUM EST
“Aquí el Verbo se hizo carne”.

— Celebrando una eucaristía bajo la sombra de una enredadera en el Monte de las Bienaventuranzas sobre el Mar de Galilea (donde Jesús dijo “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios [Mateo 5, 9]) ... en el momento de la elevación, el sol irrumpió entre las hojas de un árbol para chocar con el cáliz dorado, bañando la hostia consagrada con una aureola que hizo que muchos viéramos al Señor mismo extendiendo sus manos hacia nosotros.

Llegando a Jerusalén, cuidad de oro, en la luz del tardecer.

— Subiendo la carretera peligrosa desde Jericó, un camino polvoroso y empinado, enfilándose entre colinas secas y desnudas.
De repente y casi sin aviso se abrieron las montañas en frente de nosotros, y en la luz dorada del sol del atardecer se desveló ... ¡Jerusalén!
Una Jerusalén descansando, aparentemente pacifica y silenciosa por la distancia, invitándonos -como a tantos miles de personas a través de los siglos- a subir a la Casa del Señor.  La novia, asentada en su belleza, esperando a las tribus del Señor.


Belén
¡Aquí nació Jesús!  Nidia nos muestra la estrella que indica 
el lugar donde nació el Salvador del Mundo.


    — Bajando una escalera de piedra, y en la penumbra de una cueva pequeña descubriendo una estrella hecha de plata    bajo un altar ortodoxo, marcando el lugar donde ... ¡Jesús nació!

Un lugar tan estrecho, tan “insignificante”, escondido en las entrañas de la tierra, en la oscuridad y el anonimato. ¡Y allí nació el Salvador del mundo!



La Iglesia del Santo Sepulcro
Aquí, en el hoyo del centro, se plantó 
el madero donde fue crucificado el Hijo de Dios.

— Subiendo una escalera estrechita para encontrar un altar en la media-luz, y por abajo del altar un hoyo, tan ancho que se puede introducir el brazo, y tan profundo que se puede hundirlo hasta el codo, donde ... se plantó la cruz de Jesús.
Aquí el mundo traicionó al que vino para salvarlo.


Evaristo Guzmán

— Penetrando en una capilla tan pequeña, tan pequeña, que solamente tres podrían entrar a la vez, a una salita del tamaño de una cama de largo y una cama de ancho, donde una docena de incensarios iluminaron el altar donde ... se sepultó a ¡Jesús!
Mas, al buscarlo como pudimos, no le encontramos por allí, porque es el lugar único en el mundo donde no se puede encontrar al Señor, porque ¡está vivo!
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?  No está aquí, ha resucitado.” (Lucas 24, 5).


Yolanda de Guzmán

— Andando por la Vía Dolorosa, literalmente con una cruz a cuestas, y parando en cada estación para reflexionar y orar ... en las huellas de Jesús.
¡Ay Señor!  Si yo pudiera cargar este peso por ti o, al menos, hacerlo menos pesado, limpiando mi propia vida de sus pecados.


El Padre Emiliano

— Entrando en el aposento alto del Cenáculo, (donde “el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo «Esto es mi cuerpo .... »” [1 Corintios 11, 23], y cincuenta días más tarde “al llegar el día de Pentecostés ... de repente vino del cielo ... una ráfaga de viento impetuoso ... quedaron todos llenos del Espíritu Santo ... y se pusieron a hablar en otras lenguas” [Hechos 2, 2-4])
... irrumpimos en un canto en lenguas de nunca acabar.
Éramos bastante gente, al menos con otros dos grupos que estaban allí también.  No sabemos cuántas personas ya bautizadas en el Espíritu entraron a aquel salón antiguo, pero era tanta la presencia de Dios, que el canto en lenguas subió al techo, llenando el espacio con alabanza.  Tuvimos a gente que caía en el Espíritu por todos los lados.  Estamos seguros que todos, absolutamente todos, salieron de allí “carismáticos”.

— la última noche, en el hotel, mirando a los hermanos y hermanas alrededor, cansados pero contentos, y recordando las palabras del Señor Jesús cuando dijo: "todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre ... recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna”. (Mateo 19, 28 - 30).

Resumen
Curiosamente nuestro viaje era, en cierta forma un seguir el camino de la Iglesia misma.  Empezamos con María y la niñez de Jesús en Galilea.
Subimos a Jerusalén, la ciudad de los ocho días: Domingo de Ramos, jueves de traición, viernes de crucifixión y Domingo de Gloria.
Después nos desplazamos a Roma, la ciudad eterna del Imperio y de los Papas.
Y finalmente hicimos un retiro en Asís, el pueblo de “repara mi Iglesia” y el canto de las criaturas.
“Jerusalén” que David fundó hace exactamente 3,000 años significa “Ciudad de la paz”.  Es una parábola viva de esta esperanza contra toda esperanza que es la epítome de nuestra fe.  Cada vez que me encuentro diciendo esta palabra “Jerusalén”, pensaré en lo que significa.

Una foto histórico
Pura, Yolanda, el P. Emiliano, Evaristo, Nidia, John y Emenegilda.
Siete de los “Primero ocho” que se reunieron en Samaná, el 28 de noviembre, 1982,
volvieron a reunirse el 18 de septiembre, 1996, en la Basílica de San Pedro, Roma, catorce
años más tarde.  Solamente falta María Armenteros quien se dañó un pie, y no pudo venir.

En Roma, celebramos una Eucaristía en la catacumba de San Calixto donde se martirizó al Papa mismo en el año 222.  En aquel entonces el identificarse como “cristiano” era arriesgar la vida.  El hecho de que nosotros somos los indignos herederos de una fe tan heroica me hace pensar mucho sobre mi propio compromiso con Dios.
El símbolo de Roma es la Iglesia Católica. “Tu eres Pedro, y sobre esta roca construiré mi Iglesia”.

Instrumento de Paz
Es una paloma verdadera haciendo nido 
en esta imagen del Santo, 
en Santa María de los Ángeles, Asís.

    En Asís encontramos el silencio de San Damián, la simplicidad de la “porciúncula” y la roca en el Monte Subasio, donde el santo descansó su cabeza para dormir.
El símbolo de Asís es el canto: “Alabado seas mi Señor”

Jerusalén, Roma, Asís:
Evangelización, Iglesia y alabanza.
¡Gracias Señor!

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Efemérides de un viaje
Los protagonistas de estos acontecimientos nos han rogado no publicar sus nombras.
La persona que:
— se vistió cuidadosamente en Santo Domingo, y solamente descubrió, bajando en Tel Aviv, que … ¡sus pantalones se habían roto por atrás!
— sin darse cuenta se montó en una guagua turística ... ¡distinta!
— al “perder” su cartera, se desmontó de la guagua, alquiló un taxi, volvió sobre el camino por más que una hora, se desmontó en el lugar donde había comido, para al fin encontrar su cartera , .. ¡en otro bolsillo de sus pantalones!
buena moza por cierto, se le ofreció como dote de matrimonio ¡"treinta camellos y un Mercedes Benz"! ... Mandamos a preguntar ¿de qué año es el Mercedes Benz?
— teniendo pasaporte americano, fue atendida por un problemita de salud ¡por un médico ruso!
— fue expulsada de una Mezquita musulmana por llevar en su blusa un pequeño alfiler ¡con una cruz!
— otra buena moza por cierto, y con novio napolitano, se le negó la entrada en Italia ¡Por falta de visa!
— dejó su mesa en el comedor para servirse del bufete, para volver a encontrar que la seguridad del hotel le habrá llevado su cartera de mano ¡por sospechar que era una bomba!
— se cayó y lastimó su mano -por un descuido-, precisamente sobre la roca donde Jesús pidió a Pedro ¡"cuida mis ovejas"!

Sin embargo, para los que saben adivinar, los protagonistas –en orden alfabético son los siguientes:
Emenegilda, Ingrid, John, Juan José, Lídice, Nedda, Ramonita y Tatica.




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