Yo ¿Voyeur?
Era el verano de 1962. Había fracasado en mis exámenes de medicina. Cuatro de nosotros fuimos en un carrito desde Londres a Italia, para la famosa festival bi-anual de Opera, en la “Arena de Bra”, de Verona.
Llevamos “tiendas de campo”, y tuvimos reservaciones en un “camping” en Lazise, en las orillas del Lago de Garda, a 20 kilómetros de Verona.
La primera noche, cansados y contentos, estábamos arreglando nuestros tiendas cuando vinieron una manada de italianos muy emocionados. No entendemos nada.
Sin embargo, insistieron en llevarme con muchos gestos y expresiones exageradas al otro fin del camping … donde encontremos dos muchachas inglesas gritando y llorando… ¡en agonía!
Parece que habían llegado el día anterior. Aprovechando de un lugar discreto, habían pasado el día completo tomando el sol, sin las limitaciones de ropa, y ya estaban rojas como dos langostas, de “tête aux pieds”.
Claro, que yo era “il dottore” que buscaban.
Con la profunda ignorancia de mi inmadurez, tomé control de la situación, y busqué en el diccionario por la traducción de “loción de calamina”.
Alguien me entendió, y todo el mundo salió, pasando por tienda a tienda, buscando “lozione alla calamina” por “il dottore inglese”.
Mientras tanto, les desnudé por completo y empezó a aplicar el loción de calamina por arriba y por abajo, por enfrente y por atrás, y también por todos los demás lugares en medio, una, otra y otra vez, hasta que -exhaustas y ya más tranquilas-, las dos muchachas finalmente durmieron.
Eran mis primeras y únicas pacientes profesionales - claro "pro bono".
Sin embargo, me quito de una vez y para siempre cualquier tentación de ser un voyeur.
¡Ya había visto todo!
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